domingo, 7 de octubre de 2007

Tercer Trimestre


Con la llegada del séptimo mes, comienza el ultimo tramo del embarazo: el mas difícil psíquica y emocionalmente.
El parto se hace día a día una realidad tangible e ineludible. Aumenta la inquietud y surge el miedo. La pregunta es constante y casi rutinaria: ¿Dolerá?...otros interrogantes acosan a menudo a la embarazada a esta altura de los acontecimientos:
¿Me daré cuenta a tiempo que estoy en trabajo de parto?
¿Saldrá todo bien?
¿Nacerá un bebé normal?
El descanso se hace más difícil produciendo desgano y cansancio diurno (por incomodidad del sobrepeso)

Se suma a este estado de cosas la impaciencia por tener al bebe y el temor al parto. A veces el tiempo parece no pasar, comienza la cuenta regresiva. Se fantasean momentos o fechas para el parto.

El parto produce sentimientos encontrados: se desea y se teme a la vez. El deseo está alentado por la fantasía de conocer al bebe, poder verlo, tocarlo, poder comprobar que es sano y lindo como tantas veces se lo ha imaginado. El temor se alimente en la idea de que se perderá algo muy valioso, de lo que se fue dueña exclusiva: el bebé que una vez fuera del vientre materno será necesariamente compartido.

El temor al dolor y a lo desconocido: cuando se trata del primer embarazo, son imposibles de evitar.
Preocupación y angustia por la idea de no saber comportarse durante el parto.

La embarazada en este momento necesita mucha atención, contención y paciencia por parte de los profesionales y de las personas quienes la rodean. Se incrementa la labilidad e inestabilidad emocional. Pueden presentarse irritabilidad y depresión (aun sintiéndose bien afectivamente)


Una mirada frente al espejo puede crear Confusión: por un lado se ve orgullosa como embarazada, con ese enorme abdomen y por otro lado se ve fea como mujer, toda gorda y deformada.

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